Mucho se habla acerca de los beneficios de una educación musical durante la infancia… y como padres queremos que nuestros pequeños los adquieran, sin embargo, hablar de educación musical es un tema muy amplio… ¿cómo saber qué elementos aseguran que las actividades y enseñanzas que recibirán nuestros hijos les traerán beneficios REALES?

Algunos consejos que ayudarán a tomar una mejor decisión...
Para asegurarnos de adquirir la totalidad de los beneficios de la educación musical es importante diferenciarla de la práctica de actividades musicales o lo que comúnmente conocemos como cantos y juegos ya que aunque éstas últimas son un importante elemento en el proceso musical del niño no integran todas las áreas que la educación musical debe abordar. Así como el lenguaje tiene una modalidad oral y escrita, la música envuelve diversas áreas de comprensión y destreza. El docente no limita a sus alumnos a repetir rimas y escuchar narraciones sino que les da a conocer todos los elementos básicos que los llevarán de la producción de un fonema a la estructuración, lectura y escritura de frases. Sólo así el alumno podrá adueñarse del conocimiento para utilizarlo en otras áreas.
Debemos también diferenciar la educación musical del entrenamiento para ejecutar un instrumento. Sin negar las ventajas de aprender un instrumento a una temprana edad no podemos considerar la habilidad mecánica y entrenamiento auditivo que trae el entrenamiento instrumental como un todo cuando se habla de música. Es necesario que el pequeño se sensibilice primero a matices musicales y entrene su sistema nervioso a través de juegos para que éste sea capaz de reaccionar y de controlar el gasto o ahorro de energía en cada movimiento, etc…
Debemos introducir desde la infancia conceptos y capacidades que permitirán que el aprendiz entienda y utilice la música como un lenguaje. Es difícil enseñar acerca de escalas, modos, intervalos y muchos otros conceptos musicales a pequeños cuando no se cuentan con las herramientas y acercamientos lúdicos adecuados; sin embargo cuando uno retoma las ideas de Maria Montessori, Dewey, Kodaly, Orff, Dalcroze, entre muchos, y se aproxima al aprendiz empatizando con su etapa de desarrollo, observaremos que el niño es capaz de tener un entendimiento y acercamiento a la música que incluso sobrepasa las capacidades del adulto.
El término Educación Musical Inteligente ha sido adoptado por Pakinda Musik como recordatorio al llevar a cabo la planeación de cada sesión. En cada acercamiento al aprendiz debemos estar conscientes de las funciones y áreas cerebrales, capacidades motrices y emocionales que demanda un ejercicio. No trabaja las mismas capacidades la lectura rítmica que la improvisación rítmica y no es lo mismo improvisar ritmos inconscientemente que reconocer y visualizar las figuras rítmicas que estamos utilizando. Es imperativo mantener un balance en cada sesión y elaborar una planeación inteligente a largo plazo que nos lleve a explorar y fortalecer la mayor cantidad de capacidades humanas que la música puede alcanzar; siempre teniendo en cuenta atender los distintos estilos de aprendizaje, la etapa de desarrollo de los aprendices y sus necesidades individuales. Cuando trabajamos bajo una planeación de educación musical inteligente podemos potenciar de manera inimaginable los alcances de cada aprendiz.
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